lunes, 9 de junio de 2014

BIOGRAFÍA



Eliécer Cárdenas


Eliécer Cárdenas nació el 10 de 1950, en la parroquia Honorato Vásquez, Tambo Viejo, en la jurisdicción del cantón Cañar, más tarde iría con su familia a vivir a Cuenca.
Hijo legítimo de Arturo Cárdenas Espinosa, empleado público y “contador de historias” y de Soledad Espinosa Cordero, profesora fiscal.
Ambos jubilados. Segundo de nueve hermanos que habitaban una vieja casona de propiedad de la abuela Blanca Cordero de Espinosa en la Bolívar y Estévez de Toral, barrio de San Sebastián.
Aprendió con su madre las primeras letras, luego asistió a la escuela Borja de los Padres Jesuitas y realizó la secundaria en varios Colegios pues a causa del sistema represivo, los cuestionaba.
Desde el Colegio se interesó por conseguir folletos de izquierda y llego a ser presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios de Cuenca en 1969.
Asistía la Juventud Socialista, lucho contra el Ministro de Educación, Ing. Alfonso Arroyo Robelly, por defender el libre ingreso a las Universidades. Asistí a las jornadas del 29 de Mayo de 1969. Caí preso en Junio del 70 durante la dictadura civil de Velasco Ibarra y con otros dirigentes estudiantiles fueron conducidos al Panóptico pero al mes nos pusieron en libertad y regresamos. Ese año fue perdido porque clausuraron el Colegio, pasé al César Dávila Andrade y como en Noviembre ocurrió el secuestro del General Rhon Sandoval tuve que esconderme tres meses para evitar más atropellos. Finalmente el 71 pasé al Nocturno Francisco Febres-Cordero y me gradué de Bachiller el 72".
El 72 viajó a Quito, ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central y consiguió trabajo en el estudio profesional de su primo el Dr. Germán Cárdenas Zamora, con S/. 700 mensuales de sueldo, en cuya casa vivió.
En 1976 logró el título de Licenciado en Ciencias Sociales y contrajoEn el colegio empieza a inquietarse con las lecturas de Marx, Lenin, el Che Guevara, etc., igualmente descubre a los grandes del boom: Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez, etc. Su inquietud política nace además.

En 1973 ingresa a la Universidad Central de Quito a estudiar Derecho, siendo siempre su objetivo escribir.
Narrador y periodista. Entre sus obras figuran: "Polvo y Ceniza" (Premio Nacional "Nuevos Valores de la Novela", Quito, 1978); "Del silencio profundo", Háblanos Bolívar", "Que te perdone el viento" y otras. También ha escrito teatro: "Morir en Vilcabamba" (Premio Nacional "Aurelio Espinosa Pólit"). Sobre la novela "Polvo y Ceniza", el crítico Agustín Cueva puntualiza que esta obra "recoge y poetiza la vida de bandidos legendarios como Naún Briones".
Desde 1948 hasta 1962 el país estaría en manos de juntas militares, dictadorcillos y gobiernos interinos.
En 1959 se da la Revolución Cubana que influenciará enormemente ideológicamente al país, a las Américas y su vasta literatura.


 


Nueva narrativa Ecuatoriana



Nueva narrativa Ecuatoriana


Se da inicio en los años 70 con la búsqueda de nuevas técnicas y modos de narrar; una ruptura en la secuencia narrativa, es decir, la secuencia se construye a la voluntad creadora del narrador, por lo tanto, rompe con la linealidad, dándose una serie de sucesos aparentemente inconexos que se encuentran totalmente alejados del tradicional orden (principio, nudo y desenlace); una superposición de los planos temporales, cuyos recursos principales son la analepsis y la prolepsis, rescatando el valor e importancia de la memoria.

La lectura de los nuevos relatos exigirá un nuevo lector, participativo y reflexivo, que sepa dar coherencia al nuevo orden narrativo.
Se distingue un lenguaje cinematográfico, jergal e irónico, que es utilizado por personajes complejos y anti-heroicos, sumergidos en la angustia y soledad, a causa del avance del consumismo en la sociedad. Por lo tanto, demandan nuevos elementos culturales, que desplazan a las costumbres.
Consecuentemente, se cosifica y deshumaniza al individuo. De esta manera, será esencial la búsqueda de lo interior, es decir, el subjetivismo ante todo.

Se habla, también, sobre el mundo onírico así como cotidiano, mágico, fantástico y ficcional, que será el nuevo espacio, para el desarrollo de situaciones que abarcan desde lo más cotidiano hasta lo más insólito. Estas particularidades serán perceptibles en las obras de los escritores de la nueva narrativa como: Abdón Ubidia, Raúl Pérez Torres, Raúl Vallejo, Eliécer Cárdenas, Huilo Ruales, Liliana Miraglia, Santiago Páez, Oswaldo Encalada, Javier Vázcones, entre otros; cuyo estilo y temática se basan en la lingüística, el acervo literario, y las experiencias tanto emocionales como sociales y culturales.
La temática de la sexualidad forma parte del complejo esquema de relaciones y vivencias de los seres humanos. De tal modo que la homosexualidad también está presente como parte de esta modernidad, que ha creado libertad, pero que a su vez ha provocado censura y marginación de aquello que atente con el modelo impuesto en la sociedad, que generalmente estará superpuesto a la ideología conservadora, junto a la ética.
A partir de los sesenta, la sociedad ecuatoriana comienza a experimentar un creciente proceso de urbanización, en un contexto histórico en el que los jóvenes escritores de entonces no podían estar ajenos a las más distintas influencias, entre ellas, la del llamado “boom” literario latinoamericano y todo lo que se debatía en Europa, en los Estados Unidos y en la propia América Latina. Ello produjo una verdadera revuelta contra el realismo social, al tiempo que encontraban nuevas maneras de escribir acordes con una realidad mucho más compleja, en la que la ciudad deviene principal referente, Pero en la cual siguen omnipresentes los viejos problemas del mundo andino: marginación, fractura profunda entre la sociedad blanco-mestiza y la indígena, fragmentación de los diversos estamentos sociales.

La literatura ecuatoriana contemporánea parece reflejar profundamente esa fragmentación, y su escritura se corresponde con la necesidad de reorganizar en el espacio imaginario de la narración o de la construcción poética el mundo descoyuntado que rodea al autor, al creador, siempre con un afán consciente o inconsciente de explicarlo, reconocerlo y tal vez conjurarlo, exorcizarlo. Lo que, por lo demás, es común a todo verdadero arte.
A partir de los años sesenta surge un grupo de cuentistas y novelistas cuya obra, en conjunto, bien puede catalogarse entre lo más interesante de la narrativa latinoamericana de los últimos años. No sólo que dejan atrás definitivamente el realismo social y vernáculo, sino que además exploran caminos muy distintos a los del realismo mágico, que tanta resonancia tuvo en los sesenta. La ecuatoriana es una literatura con acentos propios, más interesada en sondear la angustia y los comportamientos de personajes reales e imaginarios, inmersos en una realidad singular, de transición y de contratación: india y mestiza, occidental y sincrética, tropical y andina, arcana a veces, encerrada en sí misma, y, a la vez, expuesta a los procesos de transculturación propios de la “aldea global” finisecular.

MODERNISMO EN EL ECUADOR



1. CONTEXTO HISTÓRICO



1.1. Modernidad en el Ecuador


En Europa aproximadamente en el año 1789 con la Revolución Francesa, basada en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad se da inicio a una época capitalista con el incremento en las fuerzas productivas, tomando el camino del progreso ilimitado. De manera que en el proceso modernizador se da el individualismo y la urbanización acelerada, que conlleva a los individuos a vivir en espacios reducidos.
En Latinoamérica se dio tardíamente, debido a que se asimiló la modernidad en su totalidad como Europa, porque existió un choque entre lo nuevo y lo viejo conservador; lo que ocasionó que se realice cambios (no radicales) caracterizados por la ausencia de solidaridad, pérdida de criticidad y autenticidad.

Es así que el Ecuador el  nuevo proyecto modernizador aparecerá, por primera vez, con la revolución liberal (alfarismo), cuyo objetivo principal era dejar atrás la sociedad conservadora y clerical, aunque se obtuvo un desarrollo lento debido a la sobrevivencia de lo tradicional.

Es por ello que en el año 1910 se buscó romper con todo lo convencional, pero no se logró resultados fructíferos. En los años 30 y 40 la modernidad sigue aún como un sueño. Mientras que el Boom Petrolero en la década de los 70, abre un nuevo periodo en nuestra cultura y literatura, el mismo que permitió el esparcimiento de grupos medios, actualizándolos en sus modos de vida; es decir, que se vuelven asequibles las comodidades de la sociedad de consumo como el automóvil, electrodomésticos, tarjetas de crédito, clubes privados. Estos cambios coartaron la mentalidad del país, lo que implicó un cambio de ideologías y ambiciones.
En el campo de la Literatura, la modernidad se apodera de las obras de los escritores, e inicia la liquidación de los seres colectivos, de aquellos que emiten los mensajes de los cholos, indios, obreros, la gran masa, que era claramente identificada en los años 30 y 40; para dar paso a un escritor que narra a partir de sus propias experiencias.

Siendo así que el sujeto moderno se siente en la capacidad de poder construir deliberadamente el mundo, la historia, la ciencia, el arte, y al mismo tiempo renunciar a las viejas costumbres y tradiciones, que evidencian el pasado. La etapa pre-moderna estuvo asentada en lo familiar y la artesanía, pero en la modernidad serán reemplazados por la industrialización y la producción masiva, la misma, que aceleró el ritmo de vida y generó diferencias en el poder jurídico y lucha de clases sociales.